Es la fase previa al inicio del tratamiento. Tiene como finalidad asegurarnos que el ciclo de FIV es la mejor opción para tratar el problema de fertilidad y que la pareja lo iniciará en condiciones óptimas. Se completarán los estudios previos y se les solicitará el consentimiento para iniciar el proceso. Mediante entrevistas con los médicos y biólogos, recibirán las instrucciones precisas.

Todos los meses el ovario de la mujer inicia el desarrollo de centenares de ovocitos (que es la célula que debe ser fertilizada por el espermatozoide, para dar lugar al embrión).

Sin tratamiento, sólo se consigue madurar un ovocito, por lo que si nos limitáramos a contar con este único ovocito las probabilidades de gestación serían menores.

Por ello, la paciente recibe una combinación de fármacos, encaminados a lograr de sus ovarios la producción de un número adecuado de ovocitos maduros.

Esta etapa, debe ser cuidadosamente controlada por los médicos: una dosis insuficiente se acompaña de pobres resultados y por el contrario una dosis excesiva podría producir una exagerada e indeseable estimulación ovárica.

Dado que la respuesta a la medicación es muy variable, cada mujer requiere su dosis personal que debe ser conocida para obtener la respuesta óptima.