Fecundación in vitro con óvulos propios y semen de banco
Esta técnica consiste en fecundar en el laboratorio los ovocitos de la mujer con semen procedente de un donante anónimo, para posteriormente introducir los embriones en el útero de la mujer mediante una transferencia embrionaria. El semen utilizado presenta unas condiciones óptimas de calidad y cantidad de espermatozoides, ya que procede de un varón sano cuya producción espermática se ha estudiado previamente con el fin de descartar cualquier patología.

Desarrollo de la FIV con óvulos propios y semen de banco
Primera fase (control y estimulación de la ovulación). Para obtener los ovocitos se realiza la estimulación farmacológica de la ovulación, mediante la administración de la hormona folículo estimulante (FSH) (se asocian también antagonistas de la GnRh) y un control estricto del ciclo menstrual mediante la determinación de los niveles hormonales en sangre de la hormona estradiol y seguimiento ecográfico del desarrollo folicular en los ovarios. Al comprobar que los niveles hormonales y que el número y tamaño de los folículos es el adecuado, se desencadena su maduración mediante una inyección de una hormona llamada LH (luteoestimulante).

Segunda fase (obtención de la muestra de semen). La obtención del semen del donante se realiza tras someter a éste a un completo estudio para asegurar la buena calidad de sus espermatozoides y descartar cualquier patología. Los aspirantes a donantes son sometidos a una serie de pruebas antes de ser aceptados: análisis de semen, análisis de sangre y orina, exploración general, estudio de enfermedades de transmisión sexual y examen psicológico. Todos los donantes tienen que ser mayores de edad y firmar un documento en el que dan su consentimiento para que su semen sea utilizado en esta técnica, así como asumir el anonimato inherente. El semen de donante se congela antes de su utilización.

Tercera fase (fecundación y transferencia embrionaria). Al igual que en una FIV propia (con gametos de la pareja), los ovocitos se cultivan durante unas horas en medio de cultivo, mientras el semen es convenientemente preparado (de forma similar que para la inseminación artificial). Seguidamente, el biólogo lleva a cabo la inseminación, que consiste en colocar los espermatozoides (entre 50.000 y 100.000) en el medio de cultivo donde se encuentran los ovocitos. Al día siguiente se comprueba cuántos ovocitos han sido fecundados y se transfieren los embriones a la receptora dos o tres días después de la punción. Para la transferencia embrionaria se seleccionan de dos a tres preembriones, que se introducen, junto con una pequeña cantidad de medio de cultivo, en un fino catéter. Este catéter será canalizado por el ginecólogo bajo control ecográfico abdominal hasta el final del útero, donde serán depositados los embriones.

Cuarta fase (criopreservación). Los preembriones no transferidos se congelan en nitrógeno líquido (criopreservación) y se almacenan en el banco de embriones del laboratorio convenientemente identificados. Estos preembriones pueden ser utilizados en un ciclo posterior si no se obtuvo el embarazo en el primer intento. Lógicamente esto simplifica y abarata el procedimiento, aunque las tasas de embarazo disminuyen.

Técnica indicada en...
Esta técnica se emplea cuando la mujer decide afrontar la maternidad en solitario, cuando su pareja es otra mujer o cuando se han realizado varios intentos previos sin éxito de fecundación in vitro con semen de la pareja. También se utiliza en los casos de azoospermia (cuando el varón no tiene espermatozoides) o, más raramente, cuando el varón es portador de una anomalía cromosómica y, por motivos éticos, la pareja no contempla someterse al diagnóstico genético preimplantacional (estudio de las características cromosómicas del embrión antes de ser implantado en el útero de la mujer).

En el caso de anomalías espermáticas como la oligozoospermia (baja concentración de espermatozoides), la astenozoospermia (baja movilidad) o la teratozoospermia (pocos espermatozoides con la morfología adecuada), también puede recurrirse a la FIV con semen de banco en el caso de que los intentos previos de ICSI (fecundación in vitro con microinyección intracitoplasmática de un espermatozoide) no hayan dado lugar a una gestación.