Las fertilización in vitro (FIV) es uno de los métodos de reproducción asistida más comunes hoy en día. Este tratamiento es conveniente para las mujeres con problemas de ovulación o en las trompas de Falopio, o si el hombre tiene un bajo recuento de espermatozoides.

No obstante, la FIV no está libre de desventajas como cualquier otro tratamiento médico.

La primera desventaja es que fecundar los óvulos fuera del cuerpo requiere un costoso trabajo de laboratorio. Y para asegurar las probabilidades de éxito, es probable que te coloquen más de un embrión el útero, por lo que tendrás 30% de probabilidad de tener mellizos, gemelos o más bebés.

Si bien a algunas parejas les puede alegrar la idea de un embarazo múltiple, múltiples fetos aumentan el riesgo de aborto espontáneo y de otras complicaciones durante el embarazo. Si existiera el riesgo de perderlos todos, el médico te aconsejaría tener que abortar uno de los fetos.

La FIV también aumenta el riesgo de embarazo extrauterino, que ocurre cuando un embrión se desvía a las trompas de Falopio o a la cavidad abdominal debido a un funcionamiento anormal de la trompas y se implanta allí en lugar de en el útero.

El riesgo de complicaciones es muy bajo. Entre las posibles complicaciones se encuentran el síndrome de hiperestimulación ovárica, que consiste en una reacción exagerada de la paciente a los tratamientos hormonales a los que se somete y el riesgo de embarazos múltiples.

Para finalizar con las desventajas del FIV, estudios recientes demuestran que los bebés concebidos por éste y otros método de fertilización artificial tengan bajo peso al nacer o anomalías congénitas.