Así como se sabe que la posibilidad de alcanzar el embarazo disminuye después de los 35 años, o que el sobrepeso puede reducir la chance de éxito, un nuevo estudio revela que el número ideal de óvulos extraídos a una mujer para maximizar las opciones de tener un hijo es 15. La estimulación ideal

“Con un mayor número de ovocitos, tendremos más embriones entre los que elegir para transferirlos y podremos seleccionar aquéllos con mejores características, lo que nos dará más oportunidades de lograr un embarazo”, explicó Arri Coomarasamy, del Hospital de Mujeres de Brimingham, Reino Unido, quien dirigió el estudio recientemente publicado en la revista Human Reproduction.
El equipo de investigadores analizó los datos de más de 400 mil tratamientos de FIV practicados en el Reino Unido entre 1991 y 2008. El objetivo era determinar el valor pronóstico (acerca de las posibilidades de tener un hijo) del número de óvulos que se extraen a la mujer para llevar a cabo la in vitro.
El número de ovocitos que se obtiene en cada ciclo depende del grado de estimulación ovárica que se aplica a la paciente. Con la mínima, se pueden extraer entre seis y ocho, la media da entre 10 y 15 y la máxima supera los 20. Pero con esta última, aumenta el riesgo de hiperestimulación y, además, no aumentan las opciones de tener un hijo.
En la Argentina, no hay una norma expresa. “El tipo de estimulación ovárica que utilizamos y la cantidad de óvulos a ser aspirados se ajusta a otras variables, como la edad de la mujer, su estado hormonal y si tuvo o no estimulaciones previas”, indicó Gabriel Fiszbajn, jefe de medicina reproductiva del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGyR).
“Lo que es importante –continuó Fiszbajn- es que la estimulación no sea muy agresiva porque se corre el riesgo de provocar un síndrome de hiperestimulación, lo que podría traer complicaciones, como dolores abdominales y trastornos en el hemograma o hepatograma, porque cuando hay una hiperestimulación exagerada, se produce una alteración en el medio interno, que algunas veces requiere internación hasta solucionar el problema. Además, la hiperestimulación excesiva y el consecuente aumento de los estrógenos odifica el endometrio (lugar donde se asienta el embrión) y lo vuelve inadecuado o menos apto”.
Es por ello que en muchos centros, “cuando la respuesta a la estimulación es muy elevada, se prefiere congelar los óvulos y esperar un tiempo para hacer la transferencia, hasta que el endometrio vuelva a ser adecuado para recibir al embrión”, concluyó Fiszbajn.