Las visitas al obstetra son una parte importante de tu embarazo. Si tu embarazo no presenta complicaciones visitarás al médico mensualmente hasta llegar a la semana 30 aproximadamente. Luego las visitas serán cada dos o tres semanas. A partir de la semana 36 tu obstetra posiblemente quiera verte todas las semanas.

Es muy importante que te tomes el tiempo para seleccionar al médico, debe ser alguien que te inspire confianza, con el que puedas charlar para aclarar todas tus dudas y preocupaciones dándote respuestas acordes.

Mientras esperás tu próxima visita anotá todas las dudas que tengas, de este modo aprovecharás mejor el tiempo de visita y evitarás olvidarte de hacerle todas las preguntas.

Es importante que lo tengas al tanto de alguna medicación que estés tomando y que siempre le consultes antes de tomar un medicamento.

Generalmente, en cada visita, el médico llevará control de tu peso, presión sanguínea, orina, medirá tu abdomen para determinar el crecimiento y la posición del bebé y controlará el latido del corazón tu bebé. Estos controles quedan sujetos al criterio de cada obstetra.
Primer visita al obstetra

Ante la sospecha de estar embarazada, consultá con tu médico. Es importante que el embarazo esté controlado desde sus comienzos. Como verás, en la mayoría de los casos, sólo necesitás seguir las indicaciones de tu médico para llevar a término un embarazo sin riesgos. En tu primera visita al médico, estando embarazada, no olvides mencionar si estás tomando alguna medicación.

Seguramente el especialista te pesará, te tomará la presión sanguínea, escuchará tu ritmo cardíaco y te realizará un examen pelviano por tacto vaginal similar al que  te efectúa el ginecólogo.

Debido a que muchos problemas de gestación pueden ser hereditarios tu médico te hará preguntas sobre tu historial familiar.

Por lo general te indicará realizar los siguientes exámenes: 

Papanicolau y colposcopia (si no lo has hecho en los últimos doce meses) Análisis de sangre de  para identificar tu tipo sanguíneo y factor Rh, nivel de hemoglobulina, nivel de azúcar en la sangre,  inmunización contra rubéola, infecciones como HIV, sífilis, hepatitis B, toxoplasmosis, chagas y coagulación. Análisis para determinar la presencia de enfermedades como la de glóbulos falciformes, la de Tay-Sachs o la talasemia. Estos análisis sólo se llevarán a cabo si la embarazada o su pareja pertenecen a los que se consideran grupos de riesgo: según tu historial médico y tu origen étnico (oriundos del Africa, judíos de Europa oriental, canadienses franceses y descendientes de poblados del Mediterráneo).