"Una mujer, nuestra madre, es el primer ser con quien entramos en contacto. Todo comienza con una verdadera fusión del ser... el hijo es una extensión de la madre, sin fronteras claramente perceptibles. Existe una mística de participación un flujo psíquico de la madre al niño y del hijo a la madre" Karl Stern.

Por esta estrecha unión hay que ayudar a proteger y sostener a la madre que recién ha dado a luz a su hijo haciéndole consciente que lo más importante, luego del parto es la no separación con su bebé.

Tengo seis maravillosos hijos cuyas edades van desde los treinta hasta los catorce años; cuatro nacidos en la Argentina y dos en EEUU y sin ninguna excepción hemos tenido que "luchar" con mi marido para que no fueran separados de mi lado desde el mismo momento de nacidos. Lógicamente, con los años hemos ganado experiencia y convencimiento de que nuestros hijos dependían de nosotros y no de los profesionales que nos rodeaban. Aún así, siempre teníamos la amenaza presente de que los bebés estaban "mejor en nursery" y que también era lo más conveniente para la mamá. Felizmente en la actualidad, algunas instituciones han tratado de revertir esto en beneficio a ese vínculo tan importante, que proponemos no sea roto.

Es obvio que la propuesta de la internación conjunta es en el caso que la mamá y el bebé no necesiten de una asistencia especial donde deban estar separados temporariamente.

Nos vamos a referir solamente en los casos donde haya habido un parto normal y mamá y bebé puedan estar juntos desde el comienzo. Muchas veces las rutinas son las que atentan en contra de esa necesaria unión de la mamá con su bebé que tiene mucho de sagrado.

Mamá y bebé han estado en íntima unión durante la gestación de los 9 meses, donde todas las actividades eran compartidas y ambos se iban adaptando a medida que el bebé crecía. Está simbiosis, debería continuar, ser respetada y estimulada desde el mismo momento del nacimiento.

La madre se haya totalmente capacitada para responder a las necesidades de su bebé recién nacido, es más, es la única que puede percibir lo que él necesita; pero a veces las personas que la rodean, con buena intención, le crean tanta inseguridad y desvalorización que la mamá termina creyendo en su incapacidad y que la sabiduría viene de afuera.

Debemos tener en cuenta "que estos expertos en crianza" utilizan el libreto de su propia experiencia, donde a veces las opiniones están basadas en las propias historias traumáticas de su infancia y no ayudan verdaderamente.