¿Nos imaginamos la escena miles de veces? ¿No nos equivocaremos? ¿Cuándo es justo el momento? ¿Iremos en remis, en tren, en avión? Todo medio de transporte puede ser posible, en nuestra cabeza y nuestro corazón la urgencia es llegar a la camilla antes de que el bebé llegue a este mundo.
 
El Gran Momento

Y por fin llegó el gran momento-¿Estás segura? ¿Controlaste las contracciones? ¿Son cada 5 minutos? Quedate tranquila que yo llamo a la partera (mejor que estés tranquila que para nervioso estoy yo.)

Esta historia se repite con sus variaciones cada vez que comienza un trabajo de parto y una pareja está iniciando ese viaje que los lleva al nacimiento de los hijos y al nacimiento de ellos como padres.

El embarazo fue transcurriendo normalmente, todo se fue dando dentro de lo esperado, tanto que llegado el término asalta la duda de todas las mamás y papás: ¿Me voy a dar cuenta de las contracciones de parto? ó ¿Sabré distinguirlas de las contracciones que tengo en el embarazo? ó ¿Llegará a tiempo al sanatorio? ó ¿No será una falsa alarma?

El momento de salir para el sanatorio es probablemente uno de los más pensados y hablados sin que por esto resulte sencillo.

Para empezar, es una situación particular en la que la pareja debe hacer un adecuado diagnóstico de trabajo de parto ó con los pocos elementos que puede brindar un curso de preparación para el parto.

Y ni que hablar si no realizaron ninguna preparación.

Estoy escribiendo estas líneas un rato después de haber hecho un parto en el que la pareja había perdido mi teléfono y No sabían cómo comunicarse después de todo un embarazo, de haber realizado varias visitas y de haberme llamado en muchas otras ocasiones! Aunque parezca improbable, estas situaciones son muy frecuentes y suelen ser producto de circunstancias que trataremos de definir.